Dra. Natalia Sanchéz. Hoy todo lo percibimos como algo incierto no podemos hacer planes porque parece que nada es predecible y esto nos genera mucha ansiedad. Para muchos resulta angustiante ver como las rutinas se alteraron en su vida familiar, personal y laboral.
Bajo esta filosofía de la incertidumbre aparece el concepto de “Sociedad Líquida” esto significa que no hay nada que se mantenga estable, todo es continuo, todo fluye y lo peor que podemos hacer es oponernos a ello ya que, esta resistencia nos desgastará.
Como algo instintivo las personas tememos por lo desconocido, sentimos que estamos bajo una amenaza y todo nuestro cuerpo se pone en alerta y esto hace que tengamos cambios en nuestro estado físico y emocional. Por eso, muchas personas han acudido a terapia presentando cuadros ansiosos, problemas para dormir, alteraciones en la conducta alimenticia y somatizaciones importantes como colitis, dermatitis o gastritis.
Así que debemos aprender a convivir con la incertidumbre para ello es recomendable:
1. Repetirse constantemente: “No necesito tener el control de todo”. Es imposible que nosotros podamos controlar todas las áreas de nuestra vida. Lo único que podemos controlar son nuestros pensamientos, así que mientras más sanos y positivos mejor para nuestra salud emocional. La clave aquí es aprender a ser flexible.
2. Perder el temor a fallar, a perder a equivocarse: Muchas veces dentro de la incertidumbre está el temor a fracasar. Sé que es una frase bastante cliché, pero es real “de los errores aprendemos” piensa en un error que cometiste y en dos o tres lecciones que te dejó para toda la vida. Así que ya ves, no es tan malo equivocarnos.
3. Evitar los pensamientos rumiantes: Todo aquello que pienso, lo mastico, lo vomito, lo vuelvo a comer, a pensar y así pasamos en este ciclo todo el día. Esto es desgastante, parte de esta incertidumbre es estar pensando y pensando en posibles escenarios. Nada de eso va a funcionar al contrario nos genera más ansiedad, más angustia. Es necesario a aprender a vivir en el presente. La clave para vivir en el presente es concentrarse en todo momento en la respiración, esto nos trae “aquí” y “ahora”.
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