La oficina de Derechos Humanos de Naciones Unidas ha arremetido contra el Gobierno estadounidense por su “lenta” reacción ante la brutalidad policial y su laxa ley de posesión de armas.
A raíz de los últimos acontecimientos registrados en el estado de Wisconsin, donde dos personas han muerto en el marco de una serie de disturbios contra el uso excesivo de la violencia por parte de los agentes, el portavoz del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Rupert Colville, ha lamentado que “este tipo de actos no sean solo recurrentes sino altamente evitables”.
Las imágenes del momento en que un agente de Policía dispara siete veces por la espalda a Jacob Blake, que se encuentra hospitalizado en estado grave, “sugiere que los policías hicieron un uso excesivo de la fuerza”, ha aseverado. “También es altamente probable que el uso de la fuerza contra Blake fuera discriminatorio por naturaleza”, ha añadido.
El jueves, un adolescente de 17 años fue imputado por varios delitos de homicidio por haber matado de varios disparos a dos manifestantes y haber herido a un tercero durante las protestas por el caso de Blake.
“Es inconcebible tener a un menor de 17 años por ahí con un arma automática preparado para disparar de esta manera, en una situación así de tensa”, ha recalcado Colville, que ha llamado a la Administración estadounidense a introducir políticas más restrictivas sobre el uso y posesión de armas. Además, ha insistido en que es de vital importancia que se pongan en marcha una serie de reformas en el Cuerpo de Policía para que no se repitan situaciones como las de Kenosha, en Wisconsin.
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